ORGULLO DE CINE  LGBTI+ TRANS INCLUYENTE

 

 

En junio y julio, desde PROCINE CDMX celebramos, festejamos y honramos la diversidad sexual con un ciclo de películas que promueven los derechos de todes y con textos que se publican en el Blog de los Cineclubes sobre la importancia de abordar este tema desde distintos ángulos de la cinematografía. Jorge Aguilar, productor y actor; Anaeli Ibarra, co-directora del Festival Extopia; Pol Martínez, activista LGBTI+; Rojo Génesis, antropóloga y artista visual trans; y Ma. Fernanda López, politóloga y productora, escriben en este número para visibilizan el cine de la diversidad sexual y los distintos ámbitos cinematográficos desde donde se puede abordar. ¡Que viva el cine del Orgullo LGBTI+ y transincluyente!

 

 

 

Han pasado 37 años desde que la directora norteamericana Jennie Livingstone se adentró con su cámara a documentar una de las escenas culturales alternativas más valiosas de las que se puede tener registro: las batallas de baile vogue. Y es que en medio de uno de los barrios más marginados de la ciudad de Nueva York, el Harlem, se encontraba un salón de baile que en las noches se convertía en una pasarela. En medio del escenario de “París en llamas” (Paris is burning, título que posteriormente la directora elegirá para su documental) se encontraba una mesa de jueces y un estrado donde el maestro de ceremonias anunciaba el nombre de la categoría que las personas concursantes debían interpretar esa noche mediante los detalles de su atuendo y la peculiar danza, donde los pasos básicos eran las diversas poses que una persona podía hacer frente a una cámara en medio de una pasarela de modas. 

A lo largo de este rodaje podemos descubrir como al ritmo de “Got to be real” de Cheryl Lynn, en los ochentas desfilaban por aquella pasarela única en su tipo, mujeres, en su mayoría trans, hombres, en su mayoría gays, travestis de diferentes rangos de edad a las que les habían sido negados estructuralmente el modelaje profesional, las portadas de las revistas, los papeles protagónicos en los programas de televisión, la riqueza y por supuesto la alta costura. Livingstone nos acerca a sentir y habitar los claroscuros de las leyendas del vogue, mujeres legendarias que esparcieron las semillas de lo que hoy reconocemos todavía como una de las expresiones artísticas características de  la comunidad LGBTIQ+ quienes al ritmo del vogue siguen celebrando su existencia y cuerpas, creando familias fundando casas de vogue (houses) alrededor del mundo. 

Gracias Jennie Livingstone por tu trabajo recapitulando parte de nuestra historia, por llevar las vidas de las hermanas maricas, trans y lenchas negras a la pantalla grande, porque nuestras vidas importan. Si te gustó Paris is Burning (1991) no dejes de ver la serie Pose (2018) un drama de televisión dirigida por Ryan Murphy, Brad Falchuk y Steven Canals, inspirado en el trabajo de Jennie y donde ella participó como asesora de producción.

Extopia es un espacio para el rescate y la difusión de narrativas audiovisuales LGBTIQ+ en México y América Latina que posee dos líneas de trabajo principales, una muestra de películas y un foro de discusión sobre distintas problemáticas relacionadas con el financiamiento, la producción, la distribución, la exhibición y el consumo de las obras.  

El proyecto nació al calor de las discusiones que se sostuvieron en DeGenerado, un seminario de cine, género y disidencias sexuales que tuvo lugar a lo largo del 2020, en plena pandemia, cobijado por el Laboratorio de Medios y Tecnologías El Rule. Después de varios meses de diálogos y proyecciones en línea, el seminario se transformó en una plataforma de encuentro para las disidencias sexo genéricas en el cine en la que se discutía de manera habitual sobre problemáticas relacionadas con la importancia de la representación en pantalla, la construcción de personajes que escaparan de los estereotipos más comunes, las desigualdades en el acceso a la producción de cine LGBTIQ+ al interior de la comunidad o la falta de espacios para la circulación de las películas. Eventualmente pasamos del diálogo a la acción y así fue como nació Extopia.   

La primera edición del evento fue un poco exploratoria y con el apoyo del FONCA lanzamos una convocatoria a la que pensamos que no se inscribiría ningún proyecto, pero tuvimos muy buena acogida y curamos una muestra de 20 películas -5 largometrajes, 15 cortometrajes, 12 ficciones y 8 documentales- que exhibimos en línea a través de Filmin Latino y en distintas sedes de la ciudad. El Centro de Cultura Digital albergó el foro de debate en esa ocasión con mesas dedicadas en su conjunto a presentar un panorama general del cine LGBTIQ+ en el país. Para nosotrxs fue muy importante lograr esa primera edición porque, entre otras cosas, nos comprobó que había una comunidad interesada en hacer que este cine sea cada vez más visible y realizable.  

Este año, gracias al apoyo de FOCINE, Extopia realizará su segundo encuentro entre el 15 y el 30 de junio en la Ciudad de México. Después de la exploración temática del año pasado, en esta ocasión centramos nuestros esfuerzos en armar una muestra de películas que visibilice las violencias al interior de la comunidad LGBTIQ+ y un foro en el que se analice el problema de la distribución y la exhibición de estos filmes desde el punto de vista de distintos actores de ese proceso en México y América Latina. La muestra está integrada por 22 títulos —3 largometrajes y 19 cortometrajes, 13 ficciones, 8 documentales y 2 animaciones—  que también podrá verse de manera escalonada y gratuita a través de Filmin Latino, además de que tendremos proyecciones en sedes como el Cine Tonalá, La Casa del Cine MX, el Centro de Cultura Digital, el Centro Cultural de España y distintos espacios de la Red de Cineclubes de la Ciudad de México.

De igual manera, entre el 29 de junio y el 31 de octubre, Extopia realizará un recorrido por varios estados del país en el que pretendemos extender la conversación sobre estas  narrativas a espacios en los que es mucho más limitada su exhibición.

También este año presentaremos un proyecto de incubadora para el desarrollo de cortometrajes LGBTIQ+ documentales y de ficción a través de un proceso de asesorías intensivas enfocadas en los procesos de investigación y el tallereo de los guiones de las obras seleccionadas, así como en el desarrollo de carpetas de producción de cara a la aplicación a fondos públicos y privados. Esta incubadora se desarrollará con el acompañamiento de DeGenerado Media, el motor de producción detrás de Extopia.  

De esta forma, Extopia 2023 busca participar en distintas etapas relacionadas con el impulso del cine LGBTIQ+ en el país, desde la conceptualización y desarrollo de películas hasta la exhibición.   

En México no puede haber orgullo LGBTTTQIA+ en el cine por la sencilla razón de que no existe tal temática en las preocupaciones de las instituciones y, todo parece indicar, tampoco en la de lxs creadorxs. Tal vez Julián Hernández, Jaime Humberto Hermosillo y un extraño Enrique Gómez Vadillo y sus exploraciones más bien auto referenciales han sido los más arriesgados en sus propuestas sobre historias de diversidad sexual. Sin omitir a alguna centena de cortos documentales y de ficción creados en los últimos ¡treinta años! El panorama es más bien sombrío.

Hace 3 años con bombo y platillo, con enormes espectaculares en Paseo de la Reforma, Netflix curándose en salud por su atrevida propuesta mexicana y toda una campaña de morbo alrededor de un baile que sucedió en 1901, un evento que, por su contundencia, se quedó en el imaginario colectivo de una ciudad. Recuerdo cómo mi padre y sus hermanos se reían de ellos o de cualquier hombre que cumplía 41 años; cuenta una leyenda urbana que la gente (hombres y mujeres) iban al catastro a cambiar el número de su casa si les tocaba el estigma de vivir el 41 de cualquier calle de la Ciudad de México (otrora Distrito Federal). Al acontecimiento que se merecía, por su relevancia, por dónde y con quiénes pasó, por su valor como documento histórico, Netflix y equipo que la hizo les mereció el siguiente trato:

Las diez y seis cosas que NO sabías de la película El baile de los 41…y que aquí te voy a contar:

1.- Emiliano Zurita tenía guardado el vestuario de su mamá cuando hizo Bodas de odio y se los prestó a la producción: por eso toda la película parece un programa de Cachirulo. 

2.- El productor le dijo a la guionista: Ni te preocupes por investigar o, Dios te libre, asesorarte de algún historiador o historiadora, al fin y al cabo te estoy pidiendo el guion más insípido, superficial y aburrido del mundo. Y lo peor es que sí hubo asesoría histórica (gulp!

3.- Le dijo lo mismo al director.

4.- El director le dijo lo mismo a sus actores pero, con Alfonso Herrera se lució: mientras más plano, sin matices y tieso tu personaje mejor (si así era Ignacio de la Torre, peor aún no saberlo interpretar).

5.- Alfonso Herrera es un gran atleta y la producción de esta película unxs mal hechxs: en cinco segundos Ponchito camina por el centro histórico de la ciudad de México que, en la siguiente cuadra…¡ya es el de Guadalajara! ¿De verdad alguien pensó que esa aberración no se iba a notar?

6.- Alguien, por favor, invite al director a una orgía, o por lo menos a ver una peli de Pasolini, o por lo menos que vea porno, o algo. Las escenas orgiásticas son babosísimas, sensualidad cero y anticlimáticas. ¡Aaaaahhhh! Pero eso sí, con escurridizas y estereotipadas referencias dionisíacas.

7.- En busca del ritmo perdido: 

Ponchito: d e b e r í a m o s  h u i r…..(misisipi 1, misisipi, 2, misisipi 3….hasta el 20 por ahí)

Zurita: E s…………….u n a……………l o c u r a———(misisipi 1…..hasta el 30)

Ponchito:………………………………….Sí…………………………lo sé (misisipis hasta el delirio)

Y así toooooooooooda la película.

8.- Todas las ficciones se deben tratar de algo…. ¡Esta es muy innovadora porque….no se trata de nada!!!! NO TIENE PUNTO DE VISTA SOBRE NADA: ni sobre homosexualidad, ni sobre el amor, ni sobre los totalitarismos, ni sobre la doble moral, ni sobre el porfiriato….vaya, ni sobre los 42!!!! Una auténtica monografía parlante.

9.- Decía la publicidad: “La película que le hace justicia a la comunidad LGBT+” ¡Qué cabronxs! Sobre todo porque a cada instante esta peli roza la homofobia de manera contundente. ¿Cómo se le hace para hacer de una fiesta (cualquiera que esta sea) el templo del aburrimiento y del cliché ridiculizante? 

10.- A la producción le parece que las fiestas de homosexuales, no importa la época, son ridículas, patéticas y, otra vez, aburridísimas!!!!! Todas las escenas de los 42 en acción son interesantes como chupar un clavo.

11.- Tu peli se llama El baile de los 41. Se le dedican al baile tres bostezantes minutos y la grúa no se usa para detallarlo, se usa para el apañón… (órale con los mensajes cifrados).

12.- Alfonso Herrera, como productor, nos quiso enseñar su culito: la cosa es que tiene un culito muy aburrido, conservador y clichetero.

13.- La peli desafía el viejo chiste de “larga pero aburrida” esta es “corta (en alcances) pero aburridísima”. Y ojalá fuera albur.

14.- Ni se emocionen porque ni pa soft porno sirve, los guapos y bigotudos protagonistas además de sus nalguitas también muestran su enorme, decente, adecuado y correcto pudor (lo que, bien mirado, es una bonita herencia porfirista….).

15.- Las escenas dramáticamente mejor logradas tienen la intensidad de un capítulo de lunes de cualquier telenovela vespertina. Se le olvidó al director que una historia debe ser emocionante. Acá él se emociona de él tomándose fotos mientras filma y otras mientras posa como el Espartaco de la comunidad LGBT+. (ya vi las notas donde anunciaba la peli, no vayan a creer)

16.- Quisieron contar una historia ¡que no les interesa! Porque si así hubiera sido, la pareja protagónica tendría consistencia. Su “tórrido romance” pasa sin pena ni gloria. Peor aún…nunca sabemos nada sobre el personaje de Zurita…como decía Félida Médina: objeto escenográfico movible.

Es una tristeza que un evento importantísimo para la visibilidad de la diversidad sexual en cdmx y en todo México haya caído en estas irresponsables e insensibles manos (me refiero a todxs quienes decidieron este despropósito). 

Decía mi abuela que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Y Así ha sido la historia que yo percibo en la narrativa de la diversidad sexual en nuestro cine.

  El queer horror es un una categoría estética y descriptiva que comenzó a utilizarse en el norte global para hablar del conjunto de producciones cinematográficas y literarias de temática queer y de horror. Ahí encontraremos escritores del queerhorror como Poppy Z. Brite, hombre trans escritor de vampirismo homosexual o la producción estadounidense de cine de terror como Dressed to kill (1980) o Sleep Away Camp (1983) que construyeron personajes transfeminizados como amenaza dentro de la cultura visual. 

        Sin embargo, desde mi propuesta estética, audiovisual e historiográfica, propongo pensar el terror como una categoría de análisis social e histórica por la que han y hemos atravesado las personas lgbtiq+ en nuestras regiones. Caso así, es que en 2021 propuse la ‘’Genealogía del terror transexual, lesbiano y gay en occidente’’ para problematizar y rastrear de manera situada los múltiples procesos por lo que el terror se ha encarnado sobre nuestros cuerpos. Rastrear así por otro lado, la producción de cine de género en América Latina, sería importante conocer los materiales y archivos digitales independientes que elaboraron una propuesta estética que abona a pensar en lo audiovisual con dirección de mujeres y personas lgbtiq+; Empaná de Pino (2008), Mirada de Cristal (2028), As boas maneiras (2019), Cada vez que muero (2022), Huesera (2023), entre otras. 

En México, el uso de la ficción y el terror se construyeron como un recurso fundamental para la producción artística de mujeres trans en el medio audiovisual, como consecuencia se creó el primer colectivo de mujeres trans ‘’Casa de Hadas’’ en 2020 y la categoría de terror transexual, que pasó a desbordar lo estético para pensar a través de la carne. Mientras que desde la línea artística de la transmasculinidad puedo destacar la producción artística de Neurokill, quien ha elaborado la categoría de transmostro a través del recurso de la monstruosidad y lo trans de manera estética. Así como el Festival Chupasangre, como un evento de arte enfocado al horror queer.

       Han existido múltiples esfuerzos que han problematizado el terror en América Latina, a quienes podría destacar: Grita Terror, La Monstrua Cinéfaga, Final Girls Chile, Gritoqueer, Atacaw Cine e Insólito Fest, todos desde una participación e investigación femenina y disidente. Bajo este registro, sería necesario reconocer que pensar en el terror latinoamericano femenino en el siglo XXI es voltear, necesariamente, a los estudios independientes, pues es en este momento histórico en el que se ha socializado la investigación sin centralizarlo dentro de las academias. 

 

Desde los inicios, el cine, ha mostrado las ideas de sus autores y al mismo tiempo ha permitido el conocer el modo de pensamiento de cada lugar, tiempo en el que se han realizado las obras.

Las personas lgbtiq han aparecido desde el inicio, ya sea de manera simulada o abiertamente, aunque sea para ser señalada como mal ejemplo de vida. 

Aun existen los relatos que contemplaban los temas de la diversidad, la mayoría daba poco espacio a los personajes o si eran el centro debían tener finales que fuera ejemplo o escarmiento para quienes observaban. Muchas veces se retrató a las lesbianas como mujeres terribles, inteligentes pero perversas que buscaban dañar a mujeres confundidas, a los hombres homosexuales caricaturizados llenos de estereotipos. Las mujeres trans como parte de personajes criminales o que son vistas como hombres disfrazados. 

Casi nula representación de hombres trans, o personas bisexuales sin que sean parte de una situación exclusivamente erótica.

En este 2023 estamos en el tiempo en que más se habla de los temas sin tener que llegar a finales trágicos o desesperanzadores. Podemos contar con mayores representaciones, desde varios géneros cinematográficos, estilos narrativos, directorxs, guionistas y actorxs que también son parte de la comunidad abiertamente y las historias ahora nos permiten  ver personajes centrales lgbtiq o de reparto, pero no ignorados sino como parte de una trama en la que ya no es relevante si se es diferente en la sexualidad o el género. Temas de salidas del clóset con mayor aceptación o de resistencias que llevan a obtener derechos.

¡Bienvenida sea la muestra de la Diversidad  y género en el Cine en este mes del orgullo!