En esta tercera emisión del Blog de los Cineclubes, así como en estos 16 días de activismo, y a la par del ciclo de cine que PROCINE CDMX propone para prevenir la violencia hacia las mujeres a través de la cinematografía, hemos invitado a escribir a cinco mujeres que están utilizando al cine para erradicar las violencias y para promover una cultura por la igualdad y no discriminación en la Ciudad de México. Metzeri Martínez, Directora de atención y prevención a la violencia en la Secretaría de las Mujeres de la CDMX; Aiko Alonso, cineasta; Ana Francis Mor. Diputada CDMX. #SuDipuChula; la Maestra Sayuri Herrera Román, Coordinadora General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México; y Gabriela Nápoles, cineasta y cineclubista del Albergue del Arte; nos regalan un texto donde nos narran sus razones para exhibir cine, para hacer activismo contra las violencias y para usar el lenguaje cinematográfico como herramienta para la construcción de la empatía, solidaridad, sororidad y cultura de paz.

Te invitamos a leerlas y así acercarte al cine y a las acciones concretas que ellas realizan.

#PROCINECONTRALAVIOLENCIA

No hay peor violencia que ignorar la historia de las mujeres en el mundo. Esta ha sido una de las principales formas para mantenernos leales y dominadas por el patriarcado. Desde su origen, en las costumbres y tradiciones de las sociedades más antiguas, nos quitó la oportunidad de tener una tradición que hablara de nuestras ancestras, de su independencia y autonomía.

Por el contrario, evolucionamos admiradas y cosificadas desde la otredad, desde la mirada masculina. Ellos impusieron sus propios relatos, donde son héroes y dioses en todas lastradiciones posibles. Mientras que a nosotras nos dictaron creencias, roles y obligacionesrelacionadas a nuestro sexo y capacidad reproductiva.

El activismo que muchas realizamos busca que materialicemos nuestro derecho atrascender por medio del arte. Con el cine inventamos nuestra propia cultura, mirada, símbolos y lenguaje audiovisual. Somos mujeres y tenemos derecho a nombrar y ficcionar el mundo con nuestras palabras y desde nuestro punto de vista.

Rechazamos totalmente que la vida de las mujeres dependa de un sistema capitalista,clasista, racista e individualista. Nuestro activismo sueña en tener mejores condicionesmateriales para hacer cine con libertad y sinceridad.Con presupuesto y apoyo institucional. Con políticas y fideicomisos paritarios. Con jurados sensibles y con perspectiva de género. Con festivales que promuevan una mirada femenina.Con un lenguaje audiovisual no sexista y patriarcal. Con cero tolerancia a abusadores y violentadores. Con ternura radical para crear con la guía y apoyo de nuestras compañeras.

Una forma de erradicar la violencia contra las mujeres es que se nos otorgue el derecho a contar nuestra propia historia

 

Comienzo a ver una serie mexicana. 

Me entusiasman las series mexicanas por mi patriotismo ñoño, por supuesto, pero porque veo a muchas de mis amistades ahí actuando. Entonces les mando mensajes del tipo: “Te estoy viendo con tu cara de tal” y ya, me río. Nos reímos. Como niñxs chiquitxs. 

Pero una vez más, la serie se trata de cómo nos matan a las mujeres.

No hay mujeres en el reparto. 

Bueno, hay unas cuantas. Las muertas, es decir, actrices que actúan de cadáveres. Las novias de los protagonistas, que salen de objetos del deseo, roñosas demandantes, o sumisas sufrientes y bondadosas.

Le cambio de serie. 

Ya me niego. Apologías de cómo nos matan, de cómo está chido ser un señor violento, series o pelis en donde no haya mujeres con personajes interesantes cuyo valor principal ser ser la canchanchana del machcuchón, me tienen hasta la coronilla.

Se llaman estereotipos, prejuicios. 

Aburre muchísimo. 

Si en el cine decimos que las mujeres somos objetos (objeto del deseo, de maltrato, de devoción o de desprecio, pero objetos) pos a qué hora veremos otra realidad. Y no, no es que estén retratando la realidad. Es absoluta pereza mental de quienes escriben y dirigen, de ver la complejidad de las mujeres.  

¿De veras no se nos antoja ver otras historias?

El cine puede ser una ventana para asomarnos hacia mundos, paisajes o historias que nos son extrañas, lejanas, diferentes, pero también puede ser un espejo en donde se reflejen nuestras propias narrativas de vida, las cotidianas, las íntimas; de tal forma que hay historias en las que las personas nos podemos ver proyectadas y de esa manera caer en cuenta que vivimos situaciones similares a las que una película nos puede remitir, moviendo nuestras emociones, nuestro pensamiento y así contribuir a identificar situaciones como las violencias diarias que vivimos las mujeres y que limitan el ejercicio de una vida libre de violencias, desde las más pequeñas, los micromachismos, hasta las más extremas, siendo esta identificación el primer gran paso que las mujeres tenemos que dar en el esfuerzo por salir del círculo de la violencia, el reconocimiento de la misma, lo cual no es tarea fácil dada la normalización histórica y socio-cultural de las violencias, así como prejuicios y estereotipos de género que prevalecen.

La experiencia vivida al ver una película, puede ser el propulsor de una acción que lleve a las mujeres a pedir apoyo, en la Ciudad de México, la Secretaría de las Mujeres cuenta con 27 Unidades Territoriales de Atención y Prevención a la Violencia (LUNAS), en donde se brinda Atención Social, Psicológica y orientación Jurídica.

El cine es una manera de conocer el mundo, las culturas y diversas formas de vida, es una posibilidad para acercar los temas y la realidad de una manera sensible, cálida y colectiva. Es ujn espacio de encuentro y de diálogo social: si bien es cierto que no comentas con todas las personas en la sala, lo haces con tu familia, con tus amigas y amigos, también se siente el ánimo y la reacción de un público que es convocado en una sala. Si hay un tema que nos puede convocar para dialogar, repensarnos y reflexionar, es la violencia contra las mujeres, pero no nada más es quedarte en eso. 

Existen largometrajes, como “Noche de fuego”, que son más literarios, que la narrativa te da esperanza y te presenta la realidad pero no de una manera brutal.  El ver a las niñas refugiándose en sus juegos, en su mundo interno, de cierta forma te aleja un poco de la crudeza del tema que se maneja pero no la oculta. Cuando el cine aborda la violencia de género desde la mirada y creación de un mundo interno, repensar el problema es una posibilidad también de transformación.

Desde la Coordinación General de Investigación de Delitos de Género y Atención a Víctimas, de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, pensamos que un ciclo de cine es una oportunidad para reflexionar y accionar. Por esto convocamos, junto con madres víctimas de feminicidio, a un encuentro de cine, y la selección que hicimos no es para transmitir “esta es la cruda realidad y resígnate a ella”, creo que desde que se trabaja con las madres y se piensa en cortometrajes que hablan de la organización de ellas frente a esa realidad brutal, se presenta un sentido de lo que está ocurriendo y una posibilidad de transformación. 

La muestra “Sembrar memoria, buscar justicia”, en general, es una narrativa completa que te invita a trabajar, a comprometerte con la realidad que ves, no para padecerla, sino para movilizarte porque si te quedas en el dolor, te hace daño.

Entonces, a través del cine, estamos invitando a reflexionar y que cada persona que asista se lleve una semillita a su espacio de trabajo, a su hogar, porque la mayoría de la violencia de género ocurre en esos espacios íntimos, en lo más cercano.

El cine también convoca a la comunidad, a lo colectivo. Tras la pandemia, durante la cual se construyó la Fiscalía de Feminicidio en condiciones muy adversas, me parece muy importante reencontrarnos y fortalecer nuestros vínculos sociales porque eso, aunque no lo parezca, también previene violencias y el feminicidio.

Hace poco nos decían los fiscales que una vecina llamó porque escuchó que estaban golpeando a una adolescente y eso es bueno porque ya no es “la vecina metiche”, sino la “vecina defensora”. Necesitamos mirarnos como comunidad y el cine te facilita eso, no es solamente una experiencia visual y auditiva, es una experiencia completa, sensible. Además, tiene su encanto ver historias en las pantallas gigantes.

Maestra Sayuri Herrera Román

Coordinadora General de Investigación de Delitos de Género

y Atención a Víctimas

Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México

El cine es un mensajero efectivo y directo, llega eficientemente al corazón y a la mente del público, en una película de 2 minutos o de 2 horas podemos informar y plantear premisas sobre temas de gran importancia y generar el debate y la reflexion, impulsar el cambio social o por lo menos sembrar la semilla de la duda en aquellxs que antes de mirar una pelicula estaban en un lugar cómodo y seguro con respecto a su esquema mental, ideas o convicciónes, es así como cobra gran importancia el abordar temas fundamentales en el pasado, presente y futuro de la sociedad como es el de la violencia de género. Sin duda el cine educa, y eso nos pone a lxs cineastas en un lugar de responsabilidad con respecto a lo que contienen y el mensaje que mandan nuestros trabajos cinematográficos, pero también pone al público en un lugar que muchas veces puede resultar incómodo por la falta de costumbre a la confrontación directa con nIuestros esquemas mentales y costumbres. El abordar temas que se dan por hecho en una sociedad patriarcal y machista como es la violencia de género es, a estas alturas de la lucha feminista, más vital que nunca. Tenemos, como realizadorxs y como público un gran compromiso con la sociedad en este sentido y debemos aprovechar los recursos que el cine pone a nuestro alcance para usarlo como estandarte de nuestras luchas sociales para lograr juntxs un mundo mejor para todxs. 

 

Es gracias a festivales como Contra el Silencio de Todas las Voces, que cineastas y público interesados en estos temas pueden tener un punto de encuentro a traves de los trabajos cinematográficos, y aquí radica para mí la gran importancia de la existencia de estos espacios de exhibicion para películas que en las grandes cadenas del duopolio o en los grandes festivales no tienen lugar en la mayoría de las ocasiones.